La historia comienza así…

Las elfas buenas estaban ilusionadas y un tanto impacientes, habían estado trabajando arduamente durante meses en un libro muy especial, un libro para inundar de magia navideña muchos hogares. Por fin, el archivo estaba en imprenta y todo marchaba según lo previsto. 

 

Las máquinas funcionaban a gran velocidad, los papeles blancos se transformaban en páginas multicolores con historias que esperaban ser leídas. El sonido de cascabeles y villancicos retumbaba entre las paredes de la gran habitación. El aire olía a canela y jengibre.

 

Unos días más tarde la primera etapa había finalizado, miles de páginas esperaban ser encuadernadas, unidas para siempre y cubiertas con un bonito envoltorio rojo estampado con veinticuatro pequeñas ventanitas que invitaban a leer cada historia. Los encargados de aquellas tareas estaban hipnotizados y trabajaban de sol a sol, al ritmo del famoso “Ande, ande, ande”.

 

Ya solo quedaba transportar los libros desde los talleres de imprenta al centro de distribución ubicado en un pequeño pueblo perdido en la sierra de Guadarrama. Allí las elfas buenas se ocuparían de impregnar los libros de polvos navideños y enviarlos a los diferentes hogares de España y del mundo.

Y así, aparentemente, ocurrió todo. La historia de cómo llegó Adviento de cuento a tus manos podría casi concluir aquí, a no ser por un pequeño detalle.

 

Existen elfos de todo tipo, elfos buenos, elfos gruñones, elfos alegres, elfos tristones y también elfos traviesos. Estos últimos son los más peligrosos de todos, ya que si una travesura se les cruza por la cabeza… ¡sálvese quien pueda! Y a la historia antes contada se le añadió un curioso episodio…

Cuatro pequeños elfos traviesos se escabulleron en el camión de transporte, con sumo cuidado abrieron las cajas donde estaban guardados los libros e hicieron lo que más les divertía hacer: cambiar las cosas de lugar. Y como les sobró algo de tiempo aprovecharon para entrelazar algunos cuentos. Luego cerraron las cajas y se fueron por donde habían venido.

 

Nadie supo nada de este incidente, hasta semanas más tarde. Cuando las elfas buenas les preguntaron la razón de tamaña travesura, ellos respondieron muy risueños: “así los niños y las niñas podrán empezar a jugar antes del primero de diciembre y, podrán jugar una vez más al finalizar de leer el libro”.

¿Quieres descubrir qué fue lo que cambiaron los elfos traviesos?

Primero tienes que mirar con mucha atención las guardas del libro, ¿ya lo has descubierto?

Para descubrir el segundo cambio te toca esperar un poco más, te daremos la pista el mismo día 24, aunque algunos lectores muy curiosos ya dieron una pista. 

Y lo de los cuentos entrecruzados… lo tendrás que descubrir tú solo. 

Una respuesta

  1. Hola! lo primero enhorabuena por el libro, y lo segundo es que a veces vamos tan acelerados por la vida que es verdad, si no lo explicais, ni nos hubiesemos dado cuenta en casa

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *